lunes, 23 de diciembre de 2013

 Misterios

El primer sol de mañana nos permite seguir con la mirada cada barranco, cada pueblo, cada montaña y playa de la isla, al otro lado del océano. Nos acompaña una suave brisa y, sobre la montaña, en el centro de la isla, las nubes van formando circunferencias alrededor de su pico. Todo está verde y repleto de flores. La hierba invade los caminos y hasta por el asfalto pretende avanzar. Verdes, rojos, amarillos, violetas, blancos, naranjas, todo en medio de una fina hierba de medio metro de alto que se extiende por todo el espacio sembrándolo de un pausado movimiento al dejarse llevar por la brisa de la mañana. Como olas, toda la superficie se dinamiza, salvo la tierra roja que queda al descubierto y las rocas que trepan por las laderas.
Cada aro formado sobre la montaña es, algo más tarde, abandonado a su derecha, como la permanente imagen de un pasado reciente, dando paso a otro nuevo. Una fina niebla interrumpe, por un momento, la visión, pero la montaña continuará siendo una inmóvil y paciente modelo en manos de la caprichosa e inquietante naturaleza. Cada instante, una nueva sorpresa y, con cada sorpresa, la seguridad de contemplar una imagen única y difícilmente repetible. La firme y majestuosa presencia de su silueta sobre la que se construyen miles de caprichosas formas arrastradas por una fuerza natural que ha querido situar aquí su actividad y mostrarnos su mágico influjo.
Hoy todos hemos mirado al cielo y desde el primer vistazo éste nos ha sorprendido y cautivado. Allí se hacia visible uno de los innumerables misterios de la naturaleza, y, tal vez con él, alguno de sus secretos inconfesables. Pero la naturaleza es sabia y pone a buen recaudo sus aconteceres colocando un vendaval de nubes enloquecidas entre nuestra mirada y el centro de los acontecimientos. A intervalos la imagen del fondo se muestra por instantes para acrecentar nuestra intriga y desesperación y ocultar las misteriosas formaciones que desde siempre han sido interrogantes de la humanidad.

Mayo 1996

2013. Acuarela sobre papel, 16x17cm.

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