Faro
Sobre la montaña de bancales espera uno
pacientemente a que el sol se esconda detrás de la otra isla. Mientras la luz
se tiñe de amarillo, las cabras, con sus tintineos, regresan a sus corrales y
la Montaña, nevada, surge a lo lejos, tras una hilera de nubes que desde el
norte se dirigen al sur. Sólo ella permanece resplandeciente y alarga su
indescriptible presencia, cuando ya la noche se ha apoderado de la isla, como
un faro que la ilumina.
Marzo 1996
2013. Acuarela sobre papel, 16x17cm.
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