Acuarela sobre papel, 14x15 cm.
jueves, 31 de octubre de 2013
domingo, 27 de octubre de 2013
Últimos domingos de mes
Cada día, y siempre que el tiempo acompañe,
el anciano sale hasta el muro de su casa a recibir el cálido y suave sol de la
tarde. Apoya los dos palos que le permiten moverse en la pared y recorre
lentamente lo que del pueblo alcanza a ver con su mirada, buscando,
seguramente, algo que rompa el silencio dominante, cualquier cosa aparte de los
leves sonidos de siempre. Busca a alguien con quien cruzar unas palabras o un
simple saludo, y, si es posible, un tema novedoso que se aleje de lo muchas
veces dicho o pensado. Hoy lo hace poco después de que, sin novedad, la
ambulancia trajese de regreso a su mujer de una de sus rehabilitaciones de
cadera y cuyos efectos tan lentamente se van dejando notar. Un trapo le sirve
para espantar a las moscas que se acercan a sus cansados y enfermos pies
descalzos y, de camino, ocupar el vacío que el tiempo va dejando a su paso. Las
observa y emplea el trapo con energía y seguridad. Domina los golpes a la
perfección, calcula, mientras eleva el brazo, y cuando llega el momento
propicio suelta el latigazo con rapidez. En estas concentradas maniobras se
encuentra cuando su mujer decide también aprovechar el sol que no sólo calienta
el cuerpo sino también el alma. Sin cruzar palabra alguna ocupa su lugar, tres
o cuatro metros alejado de su marido, frente a la puerta de la casa.
La mañana siguiente es tranquila y
transcurre pausadamente. El sol comienza iluminando la otra isla y
lentamente avanza por el mar hasta coronar las primeras casas de la costa para luego, con decisión, jalonar barrancos, invernaderos y pueblos hasta llegar
aquí, el lugar más tardío de la zona en recibir el calor matinal.
La señora que había limpiado la escuela, la
tarde anterior, acude por la mañana, a ella, con un bote de mojo verde en la mano.
En realidad la escuela lleva muchos años cerrada, desde 1975, y ahora se ha
convertido en algo parecido a un local social y también iglesia, aunque en
dicha transformación se cometieran algunos errores, según cuentan. Hoy, como
todos los últimos domingos de cada mes, se organiza una comida en sociedad a la
que no sólo acuden los vecinos del pueblo, sino algunos de los que, siendo de él, viven fuera. Una forma de revivir experiencias y compartir historias alrededor
de una tabla que sirve de mesa.
Un poco más allá, hacia el barranco,
permanecen visibles las cinco cuevas donde vivían los antiguos habitantes del
pueblo.
Abril 1996
2013. Acuarela sobre papel, 16x17cm.
miércoles, 2 de octubre de 2013
Faro
Sobre la montaña de bancales espera uno
pacientemente a que el sol se esconda detrás de la otra isla. Mientras la luz
se tiñe de amarillo, las cabras, con sus tintineos, regresan a sus corrales y
la Montaña, nevada, surge a lo lejos, tras una hilera de nubes que desde el
norte se dirigen al sur. Sólo ella permanece resplandeciente y alarga su
indescriptible presencia, cuando ya la noche se ha apoderado de la isla, como
un faro que la ilumina.
Marzo 1996
2013. Acuarela sobre papel, 16x17cm.
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